En la 2ª Feria Universitaria del
Libro de la UANLeer, el sábado 2 de
junio del 2012, se presentó la revista mexicana Presencias, dirigida y editada por José R. García y Nehemías
González. La misma expuso sus dos
primeros números: un acercamiento de la Ilíada
y la Odisea de Homero en versión
manga, y su finalidad, “proponer una versión fresca de esas obras con el fin
de acercar a los jóvenes a la literatura (2012: 80)”.
Aquiles con las armadura forjada por Hefesto.
(Presencias: La Ilíada: Portada)
Además de las adaptaciones, la
Editorial Mazateca también publicó ensayos introductorios para comprender el
legado cultural de las obras de Homero. En los de la Ilíada –que es el que profundizaremos-
hubo dos relevantes: ¡Preparando nuestra
imaginación para adentrarnos a una aventura tan emocionante como la historia de
la Ilíada y la Odisea! de Irlanda Martínez, y Entre la historia y la leyenda: Homero y la Ilíada de Renato
Tinajero.
Pero, ante todo, ¿qué elementos
caracterizan a La Ilíada, y cuáles
recoge Presencias para hacer su
adaptación del poema homérico? Para saberlo, veamos los claramente visibles en
la obra original y cómo los expone la versión mexicana:
La Ilíada apenas refiere implícitamente los hechos que catalizaron la
guerra; sólo el sentir de varios personajes porque Paris había iniciado la
guerra: Hera, Atenea, Afrodita le eligieron por árbitro para que dictaminase
quién era la más hermosa [–él aún no conocía sus orígenes-]. Atenea, para
sobornarlo, le ofreció victorias guerreras; Hera, mando e imperio sobre los
pueblos; y Afrodita, le había ofrecido a por ser la mujer más bella que había
existido –Helena-. (...) París concedió la Manzana de Eris a esta última, con lo cual
atrajo por lo pronto, la inquina de Hera y de Atenea contra su patria, Troya (Reyes,
1997: 118). En el 5a. rapsodia o canto sobre la aventura heroica –o aristeia- de Diómedes, ese mismo sentir
por las acciones de Paris y Afrodita se ve reflejado en Atenea, cuando
maliciosamente lo empodera y utiliza para vencer a sus enemigos, distinguir a
humanos de deidades, y herir concretamente a Afrodita:
“Cobra ánimo, Diómedes, y combate sin temor a los teucros,
pues ya infundí en tu pecho el intrépido valor de que tu padre, el buen auriga
Tideo, daba prueba agitando el escudo. También alejo a la niebla que cubría tus
ojos, para que en la batalla distingas a los dioses de los hombres. Si alguno
de aquéllos viene a provocarte guárdate de combatir cara a cara a las
divinidades inmortales menos con una: Afrodita. Si la hija de Zeus se
presentara en la lid, hiérela con tu acertado bronce (Homero, 2008: 129)”.
El manga Presencias, sin embargo, ilustra brevemente cómo se dieron tales
hechos previos a la Ilíada al iniciar su historia de este modo: muestra la
preocupación de Príamo por la vaticinada caía de Troya a manos de París, y cómo
Hécuba –la madre de aquél- ocultó a su hijo recién nacido dejándolo en manos de
uno pastores que apacentaban sus rebaños en el Monte Ida. He aquí una imagen:
Hécuba salva a Paris.
(Presencias: La Ilíada:
3)
Aquí vemos un aspecto
significativo que no siempre aparece en un manga: un narrador extradiegético –alguien el
situado fuera de la acción en los hechos representados, según Genette
(Beristáin: 357)-. Más que contarnos el sentir de Hécuba para conseguir el
bienestar de su hijo, su finalidad recae en informar el comportamiento de los
personajes y contrastarlo con otros –por un lado, aparece un Príamo decidido a
deshacerse de Paris por el bien de su reino; por el otro, a una Hécuba que
piensa y hace lo contrario-.
En el mismo prólogo vemos ahora la boda de Tetis y Peleo, la venganza de la Diosa de la Discordia
–Eris- por no haberla invitado, la querella que tuvieron Hera, Atenea y Hera
por disputarse el título de
kallisti -“a la más hermosa”-, simbolizada en la manzana
dorada, y cómo Zeus, “sutilmente”, consigue resolverlo:
Hera, Afrodita y Atenea se pelean por La Manzana de la Discordia.
(Presencias: La Ilíada: 6, 9)
Las siguientes páginas del manga
refieren al Juicio de Paris: ésta no se representó con erotismo simbólico
como lo hicieron Rubens y Parrot en sus pinturas, ni idílicamente solemne como Botticelli y
Wagrenz, sino teofánicalmente por cómo se aparecieron divinamente Atenea, Hera
y Afrodita ante Paris, envueltas en una radiante luz. No obstante, como en el
mito ya citado arriba por Reyes, reitera cómo las diosas intentaron ganarse el favor
de aquél joven, teniendo a Afrodita como la “vencedora indiscutible” de este
dictamen. He aquí otras imágenes ejemplificándolo:
Teofanía y soborno de las diosas.
(Presencias: La Ilíada: 10-11)
En la primera página aparecen dos
resaltes de emoción –o gramáticas visuales (Dean, 2007: 21)- en Paris: en el panel superior está la luz
difuminada en perspectiva para señalar la teofanía de Hera, Afrodita y Atenea;
en el central, una luminiscencia horizontal atravesando al joven para denotar
impotencia al ver venir a las deidades; y en los cuadros inferiores izquierdo y
derecho –donde aparecen Hera y Atenea respectivamente-, no sólo anunciando el
divino fulgor emanado por las deidades en contraste con el de Paris, apenas
sombrío, sino también diálogos de ellas; para que el lector vea que el narrador
no toma parte en esas escenas. Este recurso es casi semejante en la siguiente
página, pues al acercarse Afrodita, vemos ya claramente cuándo habla ella y en
qué momento el narrador: para enfatizar cómo seduce la Diosa del Amor
al futuro Príncipe de Troya en darle por esposa a Helena, la mujer más hermosa
del mundo.
En la continuación del prólogo,
vemos el rapto de Helena y la ambición de Agamenón por vengar la afrenta: Paris
ya es reconocido como uno de los hijos de Príamo y, a su vez, observamos su
llegada al Reino de Lacedemonia, regido por Menelao y Helena, llevándose a ésta
por el influjo divino de Afrodita, pese a que ella no hace acto físico de presencia.
Al mismo tiempo, también nos presenta cómo
se prolongó la Guerra de Troya y el origen semidivino de Aquiles, y es justo ahí
donde finaliza de la introducción: para compenetrarnos a la
adaptación de la Ilíada:
Deidades usan tecnología divina.
(Presencias: La Ilíada:
18)
Tetis intenta divinizar a
Aquiles.
(Presencias: La Ilíada: 20)
Las páginas 18 y 20 del manga
muestran nuevamente otra serie de contrastes curiosos: como en los poemas
épicos nunca se aclara “qué medios materiales” usaron
los dioses y las diosas para realizar sus intervenciones divinas sin aparecerse
ante los humanos, la versión mexicana propone uno en la primera : “Tecnología
Divina”. Si bien la idea ya ha sido planteada en series como Star Trek con los Q o en Stargate con los Goa’uld, para la
adaptación re-imaginada de la Ilíada su función es sólo representar la
perspectiva que tienen las Deidades Olímpicas sobre el mundo humano: una tipo de Matrix. De ahí que el manga buscó sugerir cómo Aquiles se convirtió
en semidiós tras ser bañado por su madre en las aguas del Éstige, el río del
Inframundo (Grimal: 40), a excepción de su talón.
De las 24 rapsodias o cantos que
constituye la Ilíada, Presencias sólo retoma varios
para incitar al lector a que se adentre en la obra de Homero, si desea conocerla
a fondo: de la 1ª y 2ª rapsodias, el manga recrea cómo Apolo castigó a los
aqueos por violentar su templo y no liberar a Criseida, tomada por Agamenón, y
simultáneamente –pero bajo otro contexto-, expone el sentir que desatará la ira de
Aquiles porque Agamenón tomó a Briseida en su lugar para apaciguar al dios.
Como en la Ilíada, la adaptación también
incluye la oportuna intervención divina de Atenea y la posterior de Tetis: para
restaurar el honor del héroe, y sea de paso, castigar la desmesura de Agamenón:
Intervenciones divinas de Atenea y Tetis ante Aquiles.
(Presencias: La Ilíada: 28, 32)
Ambas páginas, sin bien son
parecidas, cada una muestra un trasfondo distinto: en la primera, Atenea se
gana la confianza de Aquiles, sólo para que éste –ya con su dignidad restaurada
como rey y guerrero- siga combatiendo en la Guerra de Troya a su favor, mientas la segunda, la ayuda de Tetis es franca, pues a sabiendas que su hijo morirá
pronto –ya sea a manos de Paris o Apolo tras caer Héctor, dependiendo de qué
mito prefiera el lector-, lo hace para que el final de aquél sea digno y sin seguir
intereses creados por otros.
Las rapsodias 3ª y 4ª que refieren
al duelo entre Paris y Menelao, así como la violación del juramento a través de
Afrodita y Zeus -vía Atenea-, también son recreados en el manga de Presencias: como en el poema épico,
aparece la oportunidad que le otorga Héctor a Paris para resolver el conflicto
combatiendo uno contra uno con Menelao; también vemos cómo Helena y
Príamo atestiguan la batalla, hasta que la Diosa del Amor desvanece a Paris
poniéndolo a salvo:
Sentimiento de culpa en Helena.
(Presencias: La Ilíada:
40)
Si bien las hazañas
de Diómedes, las despedidas de Héctor y Andrómaca, el posterior combate entre
aquél y Áyax el mayor, la batalla interrumpida para enterrar a los caídos, la
tragedia de Dolón, la gran batalla, la lucha junto al muro y a las naves, y el
ardid de Hera se mencionan en Presencias,
el manga se abstiene en ilustrarlas para enfocarse en la ira de Aquiles: retoma
escenas de la 9ª y 14ª rapsodia, en que sus mirmidones, Patroclo y él se
mantienen lejos del conflicto hasta que Agamenón venga en persona a su tienda a
disculparse. Como en la Ilíada,
Presencias presenta la preocupación
de Patroclo para con sus camaradas de armas, y con cierto desgano, Aquiles lo
deja marchar al combate.
El manga sigue ahora la trama
desde el 16ª rapsodia en adelante, sin mencionar las 19ª, 20ª, 21ª y 23ª
–Aquiles renuncia a la cólera, Combate de los dioses, Batalla junto al Río y
Juegos en honor a Patroclo respectivamente-: manifiesta el mismo temor que los
teucros tuvieron al suponer que Aquiles –Patroclo, con la armadura de él- estaba
peleando nuevamente, hasta que Héctor lo desafía y lo elimina, descubriendo la
verdad. Es al enterarse de la pérdida de su protegido cuando Aquiles deja las
rencillas con Agamenón, y dejándose llevar por la desmesura de la
venganza, opta por encarar a Héctor, aunque la situación cambia en el manga
mexicano: en vez de esperar a que Hefesto termine su nueva armadura, espada y
escudo con grabados mitológicos como en el libro, éstas ya están forjadas y va
directo al combate.
En la versión re-imaginada de la Ilíada se prescinde de la intervención
divina que determina la caída de Héctor: Atenea no engaña a éste para que muera
a manos de Aquiles, tampoco Apolo viene protegiéndolo hasta que las Moiras le
dictan no hacerlo más, ni Zeus asume un rol neutral como en el poema épico
acerca de ese asunto; en su lugar, nos plasma cómo la desmesura del propio
Aquiles causa la caída de Héctor y la posterior humillación de aquél ante los
teucros. Su dolor es tan grande que poco o casi nada piensa si en dedicarle
honores póstumos a Patroclo. He aquí las imágenes sobre las consecuencias de sus actos:
Caída y rescate de Héctor.
(Presencias: La Ilíada: 55-56)
Las gramáticas visuales de la
primera página resaltan la muerte de Héctor, en el sentido de que el shock y la
sangre derramada denotan el sufrimiento físico y espiritual que padeció aquél
héroe a causa de la guerra y para proteger a su familia, y connotan –en la
mirada oculta de Aquiles- el dolor contenido por éste, no por matar y humillar
a su contrincante, sino por perder ya el significado de su rumbo como guerrero, al
no poder compartirlo con Patroclo. En Presencias,
la llegada de Príamo a la tienda de Aquiles, más que atribuirla a la
intervención divina de Apolo, Hermes y Atenea, simboliza la valentía de aquél
rey por recobrar a su hijo caído que, incluso, supera la de su asesino en
batalla. Ese detalle, en el manga, es lo que permite que Aquiles se arrepienta
de sus actos: elimina su Representación ideológico/existencial sobre su relación
imaginaria de él mismo como guerrero y su condición real de existencia
(Althusser, 1970: 52), para reivindicarse como ser humano liberando a Héctor,
incluso de su propio dolor y de sí mismo.
A grandes rasgos, el manga Presencias: la Ilíada es una buena opción
de lectura para adentrarse en el poema de Homero y conocerlo; una alternativa
adicional para entender el contexto mitológico y el trasfondo de su trama,
cuyos personajes y situaciones están entrelazados por las acciones de más de
una persona sin dividirlo “entre buenos ni malos”. La obra original y la
adaptación mexicana son altamente recomendables: invita a sus lectores a
comprender más la forma de ser de cada personaje y a cómo vislumbrar su
contexto y resolverlo desde los zapatos del otro.
BIBLIOGRAFÍA
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*Dean, Selina. (2007). Dibuja manga. México: Grupo Editorial
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*Tinajero, Renato. (2011, Abril-Junio). Entre la historia y la leyenda: Homero y la Ilíada.
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