Hace dos meses se supo que habría un epílogo
del manga de Vampire Knight. Hubo
muchas teorías sobre qué plantearía –un spin-off sobre cómo vivieron Yuuki y
Zero, cuáles serían los nombres de sus hijos, si se sabría sobre la
desaparición de los vampiros y humanos, si Yuuki echó de menos a Kaname…-, pero
cuando fue traducido y difundido por internet, muchas dudas se respondieron,
pero con un sinnúmero de implícitos en diálogos e imágenes.
Ante todo, ¿qué es un implícito y qué
tanto influye en una obra? Ducrot lo explica así: lo explícito es lo expresado,
lo dado a conocer, lo manifiesto por el discurso, es decir, utilizando el
código –o sistema de signos cultural- de una lengua. Lo implícito es un
significado “sobreañadido a otro significado literal”; es aquella información
proporcionada de cierto modo que permite negar la responsabilidad de su
enunciación; negación originada, como una necesidad .
Ducort también afirma que hay dos tipos
de implícitos: el del enunciado –dado
en su organización y necesario para su coherencia-, y el sobreentendido del discurso –exterior a la significación del
enunciado-. El primero se basa en el contenido del mismo implícito, y consiste
en presentar un hecho distinto para que aparezca como causa o consecuencia
necesaria para del hecho que se quiere dar a entender. (…) El segundo, por su
parte, cuestiona el hecho de la enunciación y se basa en ella. (…) No es, como
en el anterior, prolongación o complemento de lo explícito, sino condición de
existencia del acto de comunicación (…) sometido a condiciones que permitan
hacerlo de una y no de otra manera .
En el caso de Vampire Knight –concretamente el capítulo final y el epílogo-
existen implícitos del enunciado en
imágenes y aquéllos sobreentendidos
del discurso. Para entender cuál fue el plan de Kuran Yuuki sobre el
despertar del Rey de los Vampiros como un ser humano –Kaname-, necesitamos
identificar las interpretaciones que el manga nos presenta, pues está diseñado
para que el lector se genere toda verdad que le acomode. He aquí la nuestra
siendo uno:
El epílogo –también conocido como Vida o La sangrienta leyenda del destino- se divide en dos partes: la
visión de Sayori como implícitos
sobreentendidos en su discurso por un lado, y la de Zero como enunciados en imágenes por el otro:
En los implícitos sobreentendidos del discurso, Sayori cuenta cómo su
padre la usaba como otra pieza de ajedrez con fines políticos y que se hizo
retraída por eso; también cómo aquél le ordenó hacerse amiga de Yuuki, y cómo
intentó distanciarse de ella. Sayori igualmente narra cómo se impresionó de
Yuuki cuando ésta le describió al padre como “una persona tan buena”, y aunque supuso que “era algo tontita”, terminó aceptándola, no para complacer a su
progenitor ni para calmar a Kaier –el padre adoptivo de Yuuki-, sino porque “le causaba curiosidad saber el por qué una
chica tan común como ella no tuviera tantos amigos”.
Siguiendo con el flashback y otros implícitos sobreentendidos, Sayori
describe que “supo” el misterio sobre Yuuki “cuando
la respuesta apareció tranquilamente ante ella” sin saber nada sobre los
vampiros –Kaname-: para ella, conocerlo le dio la sensación de ser similar a su
padre por ser alguien que siempre planeaba algo, y luego que se topó con el “amigo” de Yuuki –Zero-, intuyó que el
último miraba tanto a Kaname como a Yuuki “con
una expresión preocupada y ojos que dejaban ver una mezcla de emociones”, y
aunque no fuera un movimiento cuidadoso de su parte, quería ver cómo resultaría
ver la relación de esos tres al final. Luego, en un flashforward, los mismos
implícitos se esclarecen cuando el manga ilustra su impresión al ver a un
Kaname preservado en hielo, a una Yuuki vampírica esperando un hijo de éste, y
a un Zero compadeciéndose de ella:
Sayori descubre embarazo de Yuuki y reacción de Zero (ep.: 19)
Sabemos que dos meses después de
iniciada la II Guerra Humano/Vampírica, Sayori atestiguó cómo Yuuki no se
separaba de Kaname, y cómo Zero la convenció de acompañarla el resto de su vida
a lado del niño sangrepura por nacer. También que dejó la Academia Cross porque
Ruka –una de las vampiras nobles y ahora dirigente del Dormitorio de la Luna-
le explicó que cuando una vampira está embarazada sufre de “doble sed” y se
vuelve muy peligrosa para las personas a su alrededor.
El manga nuevamente recurre a un flashforward
de cuatro años hacia el futuro y a nuevos
implícitos sobreentendidos de Sayori para contar cómo fue su con los demás
vampiros neutrales al conflicto, ahora como adulta: en ellos se ve cómo les conjetura
a Ruka, Seiren, Aidou, Takuma, Kain, Rima y Senri que el aislamiento de Yuuki
se debió a que “desconocía cómo actuar
ante Zero”, e igualmente cómo el repentino retorno de Zero “buscando ser ruidoso de vez en cuando”
confirma su teoría, cuando Yuuki igualmente reaparece con su Hija Sangrepura
recién nacida:
Suposiciones confirmadas de Sayori adulta (ep.: 21-23)
En
la última parte de Sayori sigue un tercer flashforward de cincuenta años con un implícito del enunciado en imagen,
inicialmente engañoso: dos niñas al lado del personaje. Como en Vampire Knight los vampiros poseían lo
que connotaríamos Juventud Eterna
Relativa –no envejecían físicamente pero eran longevos según su nivel-, la
aparición de éstas en casa de la Sayori envejecida y Zero a su lado daban la
impresión de “querer contrastar la existencia vampírica de la humana”. Sin
embargo, al leer los implícitos
sobrentendidos de Sayori y Zero nos avisa que tal significado puede ser desinformativo:
la escena trata el problema del mañana ideal y la aceptación del devenir de la
vida, y espera que el lector lo note:
En las imágenes se aprecia que el
rostro de Zero no aparece para connotar su intento por reprimir su tristeza:
para él, el tiempo de Yuuki se había detenido porque “incluso antes de su nacimiento, ella siempre estuvo atada a ese hombre”;
Sayori, no obstante, opinaba lo contrario: por su experiencia con su padre,
intuía correctamente que Yuuki deseaba liberarse de su apego ideológico hacia
Kaname para vivir feliz al lado de Zero. La anciana se lo recalca al confesarle
que mientras miraba “pensando que mañana
o quizá el año que viniese recibiese una invitación de boda de cierto par de
personas”, fue con el fin de ver que Zero disfrutase su tiempo limitado de
existencia con Yuuki –el manga hasta lo recalca al ocultarle la mirada de
Sayori, como símbolo de su deseo de esperanza hasta el final-.
Antes de seguir, reflexionemos cuidadosamente
esto: ¿Qué importancia tiene aquí los
implícitos sobreentendidos de Sayori? Para que el lector confirme o refute
luego su postura sobre si Yuuki maduró o no antes de inmolarse. Todo ellos son
marcas semánticas; una semiótica que ella concebía como manifestaciones
culturales como actos de su propio lenguaje sobre la vida ( ). Por comparar la conducta convenenciera de
Kaname con la de su padre y la suya con la de Yuuki, Sayori creyó que todos
tenían un destino inamovible “en el nombre de alguna virtud”; pero viendo cómo
su amiga se apartó del mundo y de su mesianismo impuesto para vivir feliz junto
con Zero e Hija Sangrepura, aceptó que podía cambiar su destino sin importar
que su padre intentara impedirlo “en el nombre de la paz”. En la escena de su
entierro sabemos que lo puso en práctica, cuando el manga develó que ella y
Aidou se casaron y que tuvieron Dos Hijas Híbridas; incluso sabemos qué fue de
él cuando Zero narra su punto de vista:
Aidou al lado de sus Hijas Híbridas (ep.: 30-31)
Ahora por medio de implícitos del enunciado como imágenes –las dos páginas sobre este
párrafo y de boca del mismo Aidou-, sabemos que Sayori eligió permanecer al
lado de él como humana y no convertirse en vampira sin importar las muchas
veces que éste intentó convencerla. Aquí no sólo vemos cómo se lamentó no haber
terminado a tiempo su investigación de la “cura” para convertir vampiros en
humanos para envejecer con ella hasta el final, sino también cómo “educó” a sus
Hijas Híbridas que no envejecían al mismo nivel de su madre, a la que llamaban
“su abuela”. En este punto, el epílogo muestra otros dos implícitos igualmente relevantes:
desde el inicio de la II Guerra Humano/Vampírica, los humanos neurales ya
habían derogado la impunidad de los cazadores al matar vampiros y más si eran
humanos voluntariamente convertidos, y los vampiros neutrales ya habían permitido
la existencia de Seres Híbridos suprimiendo la importancia de vínculos de
sangre entre ellos. Ya no permitían que los antagonistas ideológicos fomentados
por los cazadores fundamentalistas en forma de Dictadura Perfecta ni el de los
sangrespuras independentistas como Culto a la Personalidad les impusieran su
estilo de vida “en el nombre de tal o cual pseudovirtud”.
En ese sentido, el epílogo de Vampire Knight ya establece que el
retiro de Yuuki y Zero logró sus frutos, pero a su vez desentraña las posibles
consecuencias que causó: un último ataque a la Academia Cross y sus alrededores
por la constante distribución neutral del 2º Metal-Madre; resguardar el cuerpo
congelado de Kaname; y que existía una Hija Sangrepura donde yacían Yuuki y
Zero:
Aunque ningún capítulo dijo “quiénes
atacaron o cuándo”, el hecho que el horno, Kaname mismo y su Hija Sangrepura
siguiesen existiendo luego de 945 años demostró que la II Guerra
Humano/Vampírica terminó con la derrota decisiva de los cazadores
fundamentalistas y sangrespuras independentistas; ya sea porque se desgastaron
con el paso de los siglos, o porque los integrantes que quedaban fueron hipotéticamente
aplacados por Yuuki y Zero con auxilio de los vampiros y humanos neutrales. Sea
como haya sido, la información manifestada en el epílogo como implícitos enunciados en imágenes nos dice que los
antagonistas ideológicos de Yuuki y Zero finalmente fueron aniquilados, salvo
uno personal aún vivo en ellos cuando murió Sayori: el dolor y el
arrepentimiento.
En la segunda
parte de La sangrienta leyenda del
destino, Yuuki todavía no se adaptaba a su inmortal existencia como
sangrepura, mientras Zero ya mostraba signos de arrepentimiento por haberse
dejado llevar por sus emociones y su desaparecido odio a los vampiros. Pese a
que la primera hacía lo posible por derrotar su sufrimiento, el segundo
maldecía haber seguido un destino que creyó irreversible. Si unimos el sentido
de los implícitos sobreentendidos de
la Sayori anciana con los enunciados en
imágenes hechos por Zero cuando se marchó de proceso fúnebre con Yuuki,
reconoceremos un juicio semiótico bastante peculiar que predica un contenido determinado
(…) atribuido a un código igualmente preestablecido (
): Zero confirmó por boca de Sayori que su tardío cambio de
destino de estar al lado de Yuuki todavía le permitiría ser feliz, tal y como le
pasó a ella cuando se unió con Aidou medio siglo antes. De ahí porqué el
Caballero Vampiro de Yuuki decidió finalmente confesarle sus sentimientos sin
guardarle las cosas: para librarse tanto de su antagonista ideológico como del
de ella:
La catarsis de Zero y Yuuki (ep: 39)
El punto final del epílogo es uno de
los más impresionantes porque definitivamente responde a dos de tres preguntas capitales:
¿Yuuki se generó una meta real 945 después tras evolucionar y sacrificarse para
despertar al Kaname “humanizado”?, ¿El mundo quedó poblado por Híbridos Vampírico/Humanos
cuando surgió El Nuevo Edén? La respuesta es sí: en el capítulo final vimos que
Yuuki estaba libre de dolor al presenciar la tumba de Zero, indicando que todas
sus amistades conocidas igualmente habían muerto por causas naturales o por
usar la humanización vampírica; signo inequívoco de que logró madurar y que se
volvió un ejemplo a seguir para sus hijos y para aquellas o aquellos mestizos
que poblaban el planeta, incluso las hijas de Sayori y Aidou dondequiera que
estuviesen: Yuuki Se había convertido en su reina simbólica.
Respecto a la última pregunta –¿cuál
fue el mensaje que su Hija Sangrepura y su Hijo Híbrido por parte de Zero
transmitieron a Kaname cuando despertó?-, ésta sólo tiene respuesta en el
desenlace del epílogo: en su último flashforward y con implícitos enunciados en imágenes apreciamos que Zero se ha
liberado del sello de su cuello como signo de total autoredención a su persona,
y como prueba de ello ha tenido un sueño lúcido y premonitorio que consolidará
tal hecho: reencarnará como la Nieta del
Kaname “humanizado”; será la Hija Mestiza de la Hija Sangrepura, resultado
de su unión con su Hermanastro Híbrido que nació de la relación que Zero sostuvo
con Yuuki: él reemergerá reconciliada con Kaname en el Nuevo Edén:
Como hemos visto, Vampire Knight respondió a muchas de las dudas, especialmente si
Kuran Yuuki cambió y evolucionó. Lejos de volverse un personaje trágico, Kuran
Yuuki efectivamente tuvo su transformación como heroína en la trama. Para ella,
“el final de su vida” significó más una apoteosis personal que una inmadura
autodestrucción a su ser porque miró con compasión a todas sus creaturas
sensibles que sufrieron los males de su existencia. Con su “desaparición” abrió
sus bendiciones a los simples y a los sabios, porque detrás de su palabra y
acciones ahora existe la más profunda intuición, redentora y sontenedora del
mundo ( ): un Nuevo Edén
libre de prejuicios y guerras el cual pudiesen compartir un Kaname
“humanizado”, un Zero reencarnado al lado de su Madre Sangrepura y Padre
Híbrido y un sinnúmero de iguales como ellas y ellos. Con ello la última imagen
implícita de la mariposa sobrevolando aquél paraíso simbolizó algo más allá que
la presencia omnipresente que dejó Yuuki de sí misma: la importancia del
perdón, la interacción y el respeto mutuo en el devenir de la vida.
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